¿Porqué en ese momento nada nos importa? Nos decimos que hemos de controlarnos, de ver las cosas racionalmente, pero cuando nos descuidamos, cuando menos lo esperamos, de repente tenemos la clara sensación de que todo el mundo está en nuestra contra, nuestros amigos no lo son, nadie nos entiende, y queremos rebelarnos, ardemos en deseos de décirles lo que nos parece la pura verdad. Nos vemos como un bravo heroe en posesión de la verdad, al que todos tratan de abatir y reducir mezquinamente pues esta vez no nos decimos, esta vez pienso decir la verdad. Pensamos que estamos siendo sinceros y honrados, cuando en realidad, nos movemos más por el puro egoismo egocéntrico.
Pero desde que el mundo es mundo la pataleta o el estallido de ira es una realidad tan tangible como la tierra o el agua, una fuerza motora que como toda pasión humana puede utilizarse para el bien, si fuera de aspavientos e insultos hay algo de verdad en ella, pero que lamentablemente, y lo comprobamos cada día en el mundo, en nuestra sociedad, se utiliza por distintas fuerzas mediáticas e instauradas en el poder, para el mal, o al menos, para minar un poco la fuerza de nuestro pensamiento independiente.
Como vamos a seguir siendo humanos mucho tiempo quizá deberíamos hacer lo que se hace con toda fuerza infinita e incontrolable, canalizar la fuerza de la pataleta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario